sábado, 22 de agosto de 2009

22/08/09

Deseo someterte, enterrarte en el suelo,
Pisarte las sienes hasta verte sangrar
Esperar tus gritos, comenzar a besarte
En el juego del baile, la pasión explotar.

Terminar de absorberte, y dejar secarte
Escurrirte del suelo, de la tierra y el mar,
Escupirte en la cara, sonreírte de lejos
Y largarme sonriendo, sin mirar hacia atrás.

Correr mientras canto, feliz de la vida,
¡Te has marchado!, yo grito, comienzo a girar,
Y bailando desnudo, acaricio mi cuerpo
Esperando otro cuerpo, que poder destrozar.

Miguel Ángel Méndez Cruz

Esta pequeña escalera sólo sirve para bajar (recuerdan este cuento)


En un país lejano existía una vieja y rara escalera. Se podía bajar por ella, pero no se podía subir. En lo más elevado había una cosa desconocida.

Mucha gente trató de subir. Algunos mataban águilas para coger sus alas y subir volando. Cuando hacían el intento, que era peligroso y pesado, todos miraban a ver qué pasaba. Cuando ponían en acción sus famosas alas, se daban tal estrellón que se hacían vidrio molido.

Una vez llamaron al mejor deportista de esos tiempos para hacer un salto mortal. Lo dio tan alto que parecía un fuego artificial, pero el famoso saltador desapareció al instante.

Un buen hombre, que pasaba por allí y vio el alboroto, dijo para sí: "Yo subiré a esta escalera para traer esa cosa desconocida que todos quieren y que ha de hacerme rico y poderoso".

El hombre, que ya tenía grandes experiencias de los que era la vida, subió la escalera (no se sabe todavía cómo). Al llegar al final, imagínense lo que era la cosa desconocida que lo haría rico y poderoso; era un papelito con letras bien negras que decía: "Esta pequeña escalera sólo sirve para bajar por ella".



Ana Mayra Rodríguez Linares.

lunes, 17 de agosto de 2009

17/08/09

Hoy feneció mi pequeño, yo en un congreso en Guerrero, demasiado lejos como para ayudarlo, demasiado distante como para poder decirle adiós, lo quería mucho, lamento estar tan lejos, mis responsabilidades me lo impidieron, me siento desconcertado, y a su vez tengo el deseo de abrazar a lolo, se que el lo siente aun más puesto que le toco ver todo, no se que decir, pero se que era un perro hermoso e increíble, y que lo extrañare como mi pequeña alqa-chofa.

lunes, 10 de agosto de 2009

CAPITULO 15 (EL CAMINANTE ALEGRE)


Si por las calles me escuchas, susurrando nombres, seguro estoy llamando a los viejos, buscando a los sabios, reviviendo los sueños; no esperes que te recuerde, los pasos se borran con el andar de los tiempos, pero si buscas mi cara te regalare una sonrisa, seguro de poder escucharte el tiempo que necesites, la única condición es no preguntar, si de mi boca sale pequeño aliento espero poder ser escuchado, si no, no esperes razón que te pueda dar, y después partir, sin decir adiós, no me gustan las despedidas, no me gusta creer que el adiós significa algo, por que tarde o temprano nuestros pasos se encuentran, por que darle poder a un adiós es disminuir la gracia del reencuentrO...

viernes, 7 de agosto de 2009

GENIAL

La sorpresa y gracia de conocer a una feminista, no radico en el acto Per se, sino en saber que no se consideraba una feminista radical ni misántropa, sino en el echo de poder interrogarla y lograr obtener información suficiente como para hacer un trabajo o una ponencia mucho más completa.