lunes, 30 de noviembre de 2009

30/10/09

Quiero caminar la lluvia, a pasos que solo puedan medirse por las distancia entre nuestros ojos, que nuestros palmas sean productoras de los océanos que tu mente dejo secar, inundarnos de los posibles recuerdos de una historia, lejana, ajena a nuestras realidades. Dispersémonos en las hileras de personas, volvámonos sombras infértiles y dejemos matar nuestros encantos, ¡total! Nuestras pobres sensaciones se han vuelto contra nosotros. Esos espacios donde tu risa se vuelve altavoz, es mi silencio; el espacio donde mi voz se vuelve viento, para ti es irracional y ridículo. Recorrer en pocos espacios nuestros relatos es causarle a la mente el terrible error de menos preciarle. Voltear esta tarde y sentir tus pasos detrás mío, es querer sorprenderme con un gesto por completo insignificante. Recorrer las medias ideológicas, esperando romper paradigmas, es para mi tan complejo que prefiero matarte, antes de siquiera pensar adularte.

sábado, 14 de noviembre de 2009

lunes, 9 de noviembre de 2009

9/10/09

De día cuando miro tus motes espero una pronta respuesta, mis acolchonados pensamientos no pueden sentirte a la distancia, te imagino como un rostro pálido y me doy cuenta que te ignoro, te desconozco, de ti se los pocos cuentos que todos dicen; ¡no te conozco! Me lo repito cuando mis piernas tocan el suelo, y mis manos tocan con la yema de los dedos el techo, cuando avanzo de un lugar a otro y las nubes se cuelan en un filtro de desbordante azul bloqueando un sol apabullante. Cuando prendo el primer cigarrillo de la mañana y me recuerdan el único vicio que no planeo dejar, las calles me huelen a recuerdos, sinestesia de un cuerpo absorto, llego a mi destino y mis pensamientos rondan en un falaz recoveco donde guardo algo que no soy yo, intento volcar las estructuras mentalmente formadas, y me resulto ideático. Regreso a los confines de mi conciente y te revuelcas entre paredes que te son imaginarias, no concebimos la idea de la distancia, quizá la culpa la tiene una canción, tal vez una idea previamente formada, y sin embargo deseamos tenernos lejos, somos tan parecidos que a veces me da miedo lo que nos decimos, esa verdades a medias nos las tragamos esperando concebir un día en que esos discursos sean verdaderos. Nos vamos y venimos, nuestros viajes son mundos distantes, que se interceptan a medias, en la medida en revoloteamos, esperando una minima señal de despegue empastado por las circunstancias, tratando de congelar el tiempo. La tarde llega y la espera es la antesala de los nostálgicos sueños olvidados, de las promesas que fueron echas y jamás cumplidas, mencionar la noche es querer moderar una explosiva llegada que termina en una madrugada incierta, donde los mas bellos sueños y las pesadillas solo son distinguibles en la medida en que nos reconocemos, los pasos nocturnos nos llevan a un callejón con una luz tenue, esa incertidumbre que nos llama al vacío, a una efímera existencia de la que no podremos deslindarnos y a la cual, pertenecemos.

jueves, 5 de noviembre de 2009

4/nov/09

Encontrar el amor en el cajón de zapatos, cuando la luna se duerme después de parir, equilibrar las distancias de nuestros ojos parlantes, en las acciones vacilantes de un camino sin fin, aclarar las discursos de los días color ocre, en un pestañeo soltura y verdad.
En las cajas oscuras de cubiertas empolvadas, un hada ha bailado tras vernos jugar, las canciones mezcladas de figuras borrosas que pretenden volar, son las felices gracias de los ancestros cansados, de con nuestros hilos jugar.
La emoción de una historia, que jamás se termina, de un amor con gracia, que jamás se disolverá, las atenuantes luces de una noche de invierno, donde nuestros cuentos se vuelven verdad.