Escúchate y déjame dormir, en las cálidas figuras de los sueños rotos, por que fui paisaje y me volví espejo, me desechaste y ahora me siento enfermo. Corriendo asuste los cuervos con los que me divertía observándote, y esas lagunas son marcas donde tu mirada se funde en los pocos momentos de verdad inocua, saborea mi aliento, ese que poco a poco se va marchitando, ese que no quiere llegar a los 25 años, el que fundido con la mente busca la forma de hacerse desaparecer.
Ignoremos a los dioses, quieren llevarnos a sus horribles infiernos llenos de gente anormal, bésame con la fuerza de tu despreciable odio y lento, vuélveme parte de esas fuentes putrefactas, donde me regocijo viéndote bañar. Después del momento en que caiga matándome, penetra mi cuerpo inerte y juega con el como lo has hecho durante estos lapsos de eso que llamas vida y que me produce nauseas y me hace vomitar.
