...por que darle poder a un adiós es disminuir la gracia del reencuentro...
domingo, 22 de febrero de 2009
cobija de lana
Tengo una cobija de lana, en realidad no es mía, es de mi prima Mariana que por cierto tampoco es mi prima; esta cobija nos acompaño en nuestro primer viaje, es amarilla, de lana, llena de hoyos, se volvió la cobija viajera, logre quedarmela como parte de mis viajes cuando mi prima no pudo acompañarme más, su uso era exclusivo; ahora esta misma cobija viaja en el área metropolitana, conmigo, mis viajes que antes eran aventuras fuera de la cuidad, ahora son viajes dentro de la metrópolis, me ha acompañado en estos momentos en los que me he vuelto una especie de indigente con hogar. Los vientos nocturnos no son tan fríos con ella, no hay tristesa en este evento, solo una especie de nostalgia por los recuerdos que me trae ese trozo de lana.
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