jueves, 5 de noviembre de 2009

4/nov/09

Encontrar el amor en el cajón de zapatos, cuando la luna se duerme después de parir, equilibrar las distancias de nuestros ojos parlantes, en las acciones vacilantes de un camino sin fin, aclarar las discursos de los días color ocre, en un pestañeo soltura y verdad.
En las cajas oscuras de cubiertas empolvadas, un hada ha bailado tras vernos jugar, las canciones mezcladas de figuras borrosas que pretenden volar, son las felices gracias de los ancestros cansados, de con nuestros hilos jugar.
La emoción de una historia, que jamás se termina, de un amor con gracia, que jamás se disolverá, las atenuantes luces de una noche de invierno, donde nuestros cuentos se vuelven verdad.

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