lunes, 9 de noviembre de 2009

9/10/09

De día cuando miro tus motes espero una pronta respuesta, mis acolchonados pensamientos no pueden sentirte a la distancia, te imagino como un rostro pálido y me doy cuenta que te ignoro, te desconozco, de ti se los pocos cuentos que todos dicen; ¡no te conozco! Me lo repito cuando mis piernas tocan el suelo, y mis manos tocan con la yema de los dedos el techo, cuando avanzo de un lugar a otro y las nubes se cuelan en un filtro de desbordante azul bloqueando un sol apabullante. Cuando prendo el primer cigarrillo de la mañana y me recuerdan el único vicio que no planeo dejar, las calles me huelen a recuerdos, sinestesia de un cuerpo absorto, llego a mi destino y mis pensamientos rondan en un falaz recoveco donde guardo algo que no soy yo, intento volcar las estructuras mentalmente formadas, y me resulto ideático. Regreso a los confines de mi conciente y te revuelcas entre paredes que te son imaginarias, no concebimos la idea de la distancia, quizá la culpa la tiene una canción, tal vez una idea previamente formada, y sin embargo deseamos tenernos lejos, somos tan parecidos que a veces me da miedo lo que nos decimos, esa verdades a medias nos las tragamos esperando concebir un día en que esos discursos sean verdaderos. Nos vamos y venimos, nuestros viajes son mundos distantes, que se interceptan a medias, en la medida en revoloteamos, esperando una minima señal de despegue empastado por las circunstancias, tratando de congelar el tiempo. La tarde llega y la espera es la antesala de los nostálgicos sueños olvidados, de las promesas que fueron echas y jamás cumplidas, mencionar la noche es querer moderar una explosiva llegada que termina en una madrugada incierta, donde los mas bellos sueños y las pesadillas solo son distinguibles en la medida en que nos reconocemos, los pasos nocturnos nos llevan a un callejón con una luz tenue, esa incertidumbre que nos llama al vacío, a una efímera existencia de la que no podremos deslindarnos y a la cual, pertenecemos.

1 comentario:

  1. Creo que usas demasiados adjetivos pero está bien, eso marca un estilo propio. Me gusta.
    Saludos!

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